domingo, 22 de diciembre de 2019

“Incomprensible e intolerable” eres tú, Ada Colau


La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha protestado en su cuenta de Twitter por la actuación de los Mossos. 

"Juan y Livia y sus hijos tienen un piso del Ayuntamiento y entrarán a vivir en 15 días. Informamos a la Generalitat y a los juzgados. Es incompresible e intolerable el despliegue policial. Hemos llamado a Interior para que detenga inmediatamente la intervención". 

(Fuente: diario El País, edición digital, viernes 20 de diciembre de 2019)

Fotografía publicada en el diario "El País", edición digital, del 20 de diciembre de 2019 

Leyendo la prensa, viendo las noticias en la tele u oyendo a bastantes tertulianos en la radio se diría que somos una especie amenazada los que nos alegramos del imperio de la ley. A juzgar por el  más bien escaso apoyo expreso que esta convicción tiene en los medios cabría pensar que somos muy pocos a los que nos complace, mucho y muy íntimamente, que una resolución judicial se lleve a efecto. Más aún cuando a ello se opone, al punto de la resistencia física, un grupo de personas a través de una asociación (Sindicato de Inquilinos), cuya disolución debería plantearse la Fiscalía, la Abogacía del Estado o a quien competa acabar con toda forma de agrupación que promueva acciones ilegales e incluso delictivas, como lo son la obstrucción o resistencia a la acción de la justicia y el atentado contra la autoridad. Pese a que en los medios pueda parecer otra cosa, tiendo a pensar que somos muchos y así lo noto en infinidad de conversaciones de la vida diaria.

Y más todavía nos alegra que la LEY (¡qué bello es tu nombre!) se imponga sobre la irresponsabilidad, la demagogia y la hipocresía de quienes desde el poder, como ha hecho Ada Colau, se oponen a que se cumpla aquella y las resoluciones judiciales que la aplican. No saben cuánto nos gusta a los que así pensamos que no se salga con la suya alguien que, como ha hecho Irene Montero. Alguien que se ha valido de manera cobarde y malintencionada del eco mediático que le otorga su condición de política famosa, aunque lo sea sobre todo como “consorte” del muy posible beneficiario inminente de coche oficial y del tratamiento de excelentísimo señor D. Pablo Iglesias Turrión. ¿Dónde quedó aquel mantra, aquel cacareo incesante y despectivo de “la casta"? La sucesora del antiguo amigo del alma, Íñigo Errejón, como portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados llegó incluso a difundir un vídeo plagado de mentiras y demagogia (“ahora resulta que les impone una subida abusiva de ese alquiler, de 300 euros”)  en el que hacía público el nombre de la propietaria de la vivienda a la que “pedía” que negociase con sus inquilinos un “alquiler justo”. Que hubiese puesto ella el dinero que les faltaba a los inquilinos para el pago de la renta. Pero, no, la compañera de Iglesias trató de amedrentar a la propietaria haciendo público su nombre. ¡Qué bajo!

Como muchos otros de los que detestamos el perverso "buenismo" de los demagogos y demagogas baratos y baratas, siento un dulce cosquilleo ahí adentro al constatar que ni unidas podéis con la ley y la justicia. Qué gusto experimentar esta vez que leyes y tribunales, teniendo que usar por vuestra culpa “la espada” con la que la policía les ha servido, hayan sido mucho más fuertes que vuestras mentiras demagógicas y vuestra hipocresía. El placer es mayor aún al haber ocurrido la victoria de la ley en Barcelona, donde hace ya demasiado tiempo que siempre ganan los otros: los infractores, los alborotadores, los vándalos, los amenazadores, violentos y, a menudo, pura y llanamente, los delincuentes, Toda una alegría  que no se haya hecho vuestra asilvestrada, y en el fondo disparatada, voluntad y que España siga estando mayoritariamente sometida al imperio de la ley. “The rule of law”, en su archiconocida formulación inglesa, es la piedra angular del Estado de Derecho. En otras palabras, es la línea divisoria entre el mundo civilizado y más o menos próspero y el resto, esto es, esas decenas de países donde tristemente abundan la arbitrariedad del poder, la barbarie y, casi siempre, la pobreza. Por ejemplo, Venezuela o Irán, por nombrar dos de ellos. Ana e Irene, Colau y Montero, dudo incluso que lo sepáis, o no del todo y bien, pero está claro que para vosotras dos, y mucha de la grey que os apoya, no acaba de estar claro algo tan sencillo y contrastado.


La ley no es un adorno que uno elige ponerse o no. Hoy me va bien, lo uso. Mañana no, que le den, ahí te quedas. No la ley “no va de eso”, es un “sí o sí”, por usar expresiones a la altura de su pobre y ramplón verbo. La ley es un mandato y si no os gusta, promoved su cambio, pero entre tanto, "ajo y agua", señoras o señoritas, ciudadanas, camaradas, o como queráis que se os llame. Os toca respetarla, obedecerla y cumplirla. Como cargos públicos electos, es vuestro deber no alentar a otros, ya sean autoridades o particulares, a impedir que se aplique

Por las buenas o por las malas, si es preciso, pero la ley ha de prevalecer siempre. Esto en España hay mucha gente a la que no le acaba de entrar, dicho sea de paso. En sus berroqueñas molleras no acaba de calar la convicción de que la democracia y el uso de la fuerza por parte de la policía para garantizar el cumplimiento de leyes y sentencias no sólo no se oponen, si no que se refuerzan. Ha de tratarse, por supuesto, de un uso necesario, no gratuito, y proporcional, esto es, en el grado necesario para imponerse, lo que no asegura que se produzcan heridas y lesiones. Y la responsabilidad de tan desagradable circunstancia recae siempre sobre quienes se enfrentan a las legítimas actuaciones de la policía. Cuando esta da, además, cumplimiento a un mandato judicial expreso no hay excusa que valga. Cumplido todo lo anterior, el que "reciba" se lo ha buscado, no le ha dejado otra salida a la policía y bien merecido lo tiene. Estas explicaciones son como de Epi y Blas, cierto, pero no veáis la cantidad de gente que sigue del todo perdida en tan elemental cuestión. 

Otro motivo de alegría es ver que los Mossos d’Esquadra, ¡esta vez sí!, han cumplido con su deber e hicieron un uso legítimo de la fuerza ante la resistencia de quienes se habían propuesto impedir físicamente por tercera vez la ejecución del desahucio ordenado por el juez. Ha habido una detención y, aunque sospechamos que tal vez en eso la actuación policial se ha quedado corta, es una gran satisfacción que al menos una persona, menos es nadie, pueda tal vez recibir el castigo que su conductiva delictiva merece.
 
Imagen procedente del diario ABC, edición digital del 24-10-2019

Volviendo a los hechos, según la edición digital del periódico El País del pasado viernes 20 de diciembre: “La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha protestado en su cuenta de Twitter por la actuación de los Mossos. ‘Juan y Livia y sus hijos tienen un piso del Ayuntamiento y entrarán a vivir en 15 días. Informamos a la Generalitat y a los juzgados. Es incompresible e intolerable el despliegue policial. Hemos llamado a Interior para que detenga inmediatamente la intervención’.

Incompresible e intolerable es que la máxima autoridad municipal interfiera en un proceso judicial civil, en un asunto entre particulares. Y más todavía que lo haga apoyando la obstrucción reiterada a la acción de la justicia, ejerciendo una presión que supone un abuso o mal ejercicio del poder, no respetando su separación y arrogándose funciones funciones que no tiene. Si el Ayuntamiento de Barcelona dispone de pisos, de ayudas sociales o cualquier otra forma de solucionar el probablemente grave problema al que se enfrenta la familia desahuciada debería haber actuado con mayor celeridad. Aunque la promesa de una vivienda por parte de una alcaldesa en Twitter no constituya un motivo legal para retrasar más aún el lento y accidentado desahucio ordenado por el juez correspondiente, tal vez sus palabras no merezcan demasiado crédito, además. En todo caso, lo reiteramos, Ada Colau se entromete en el ejercicio de su cargo en un asunto judicial entre particulares, de forma contraria a las leyes. Pero ella es así. Donde huele una oportunidad de postureo y de demagogia populista, donde calcula que va a quedar bien, allí que va ella, con esa gracia y esa ciencia tan suyos... ¡Mare meva, quina "noia"!


Y si la corporación municipal barcelonesa carece de medios, que los acoja la propia y bondadosa (sic) Ada Colau en su casa o que lo haga cualquiera de los que protestan contra los desahucios que disponga del espacio mínimo necesario para hacerlo durante tan sólo quince días, según la Alcaldesa de Barcelona. Con las vacaciones escolares de Navidad por delante la ocasión es perfecta para que, por ejemplo y como ejemplo, Irene Montero y su doblemente compañero (cuesta llamar así a quien a la vez es su “jefe” y mentor o favorecedor) invitaran a la familia objeto del lanzamiento judicial a pasar en su amplio chalet de Galapagar los quince días de marras. Esas poco más de dos semanas que restan para que, por fin, Ada Colau articule una solución que no sea la de la caridad obligatoria a costa de la propietaria, con la que de manera tan rastrera, abusiva y demagógica se ha portado Irene Montero. De paso esa familia -catalana, supongo, aunque sus apellidos, como los de tantos otros, no lo sean- podría pasar unos días en Madrid y comprobar, tal vez, que el ogro no es tan fiero como lo pintan…

Intolerable eres tú, Ada Colau. Intolerable es que una Alcaldesa no respete la separación de poderes y pretenda impedir la acción de la justicia. Intolerable es que se trate de imponer a una propietaria que no ejerza los derechos que la ley le otorga y se le presione del modo en que se ha hecho, haciendo público su nombre y apellidos. La caridad no se exige, la practica uno mismo, si puede y lo tiene a bien. Desconozco la situación económica de la propietaria, pero tanto Ada Colau como la posible futura Ministra de la Vivienda, Irene Montero, deberían plantearse siquiera la posibilidad de que necesite esas rentas para vivir, tanto ella como su familia. En todo caso, eso da igual. Si ese dinero se lo va a gastar la propietaria de la vivienda en irse a esquiar o en cenar caviar en Nochebuena, está en todo su derecho y me parece estupendo. Ya está bien de demagogia. No suele fallar, por cierto, la propensión a ella que tienen los políticos más dados a expresarse de inmediato y con altísima frecuencia por ese medio. Da igual que sean hombres o mujeres, jóvenes o viejos, guapos o feos, de derechas o izquierdas, tengan pelo natural o que alguna extraña masa capilar cubra sus cabezas, que estén en Washington, en Barcelona, o en Galapagar... Cuánto más demagogos, cuanto más pobres y falaces sus pretendidos razonamientos, más se tiran "al Twitter".  

Asimismo, es muy probable que muchos de los que se concentraron en la Travesera de Gracia en una mañana de un día laborable atenderían mejor a sus necesidades materiales presentes o futuras, incluida la básica de la vivienda, si hubiesen dedicado ese tiempo a trabajar o estudiar. Sería más productivo para todos. Aunque cada cual hace lo que le viene en gana con su tiempo, faltaría más, es indiscutible que se perjudica el interés general con al menos una parte de esas conductas. Un desalojo que ha requerido un gran despliegue policial y tres intentos es evidente que nos ha costado a todos los contribuyentes un dinero que se podría haber destinado a otros fines (vivienda social de alquiler, por ejemplo). Como también lo costará el proceso judicial que debería seguir a la detención que se produjo o la atención sanitaria que pueda haber precisado quienquiera que se llevase algún justificado, que no represor, porrazo policial. Sospecho que esa “sarna”, aunque sea con gusto, sí pica. Quizá una opción mejor habría sido una colecta para pagar el alquiler con su actualización legal y legítima, que no abusiva -entérate, Irene Montero. No juegues de manera aviesa con las palabras.

Es de un cinismo insuperable contribuir, de una u otra forma, a que sea necesario el uso de tantos recursos policiales y a la vez indignarse por el despliegue. Es cínico y es un disparate, un atentado contra la verdad y la lógica, todo junto. Pero la demagogia tiene estas cosas, su lógica interna es contraria a la verdad, pues va siempre cogida de la mano con la mentira y está peleada con la auténtica lógica, la de la causa y el efecto. Esta vez, por fin, no se han salido con la suya ni Ada Colau, ni Irene Montero, ni esa asociación que responde al nombre de “Sindicato de Inquilinos”. Una entidad de más que dudosa legalidad, puesto que uno de sus fines reales es la obstrucción a la acción de la justicia. Obstrucción que, al menos en este caso, ha provocado una detención por atentado contra la autoridad.

Cuando la autoridad llama a la obstrucción a la justicia “algo huele a podrido en Dinamarca” *. ¿Porque no era Polonia, verdad, lo que dijo Shakespeare en Hamlet?




* Nota.- "Something is rotten in Denmark" reza el texto original, antes citado en su traducción más habitual, aunque quizá pierda fuerza frente a la más literal: "algo está (o se ha) podrido en Dinamarca". 



This phrase is taken from William Shakespeare’s play Hamlet. The speaker is Marcellus, a guard, who talks to his philosophical comrade, Horatio, saying, Something is rotten in the state of Denmark … (Act-I, Scene-IV). The reason of saying this is just not that Denmark is facing dirt. It means that the situation of Denmark is similar to a fish that rots from head to tail, or in other words, it shows that everything is not good at top of political hierarchy.


(https://literarydevices.net/something-is-rotten-in-the-state-of-denmark/).

Cuánto recuerda, por cierto, a la Cataluña actual esa Dinamarca de Hamlet que, como el pescado podrido, hiede de la cabeza a la cola.