viernes, 4 de marzo de 2011

Reseña de libros: "Los Días de Gloria" (Mario Conde)


LOS DÍAS DE GLORIA
Mario Conde


Me someteré un poco a las exigencias de la temática del blog y reseñaré este libro, uno de los que me trajeron los Reyes. Sí, me gusta hablar así, en vez de decir que me lo regalaron por Reyes. Me agrada mantener esa bella ficción tradicional que, por arte de magia y con una benévola apreciación de los méritos individuales, hace aparecer nuevas "posesiones" en nuestras casas cada 6 de enero. Además, hablar así me sirve para no meter la pata con los niños.

En este libro autobiográfico Mario Conde (MC) da cuenta de su visión de lo que fueron sus años de ascenso social y, finalmente, de la mortal estocada que recibió en forma de intervención de Banesto por parte del Banco de España. El libro se centra en el período en que el autor fue Presidente de Banesto (del 30-11-1987 al  28 de diciembre, de 1993, día de los Santos Inocentes). Hay diversas referencias a épocas posteriores y su vida se cuenta desde el momento presente, en forma de flashback; pero el grueso del libro lo ocupa el período mencionado, cuya esencia recoge muy bien el título.

El libro es un buen tocho (casi 850 páginas, de letra mediana, edición en tapa dura de Ediciones Martínez Roca, Grupo Planeta) y habrá quien se pregunte si las peripecias vitales de MC, mejor dicho, una parte de ellas, merecen que el lector les dedique tanto tiempo. Probablemente, para quienes no hayan vivido aquella época, ni hayan conocido la relevancia que MC tuvo en la sociedad española de entonces, el libro resulte aburrido, muy centrado en una persona que, previsiblemente, no les resultara importante. Y como medio para conocer cómo fue esa época, el libro es demasiado subjetivo, tanto en el sentido de centrarse en un personaje como por ofrecer sólo la interpretación de éste.

Parte del atractivo del libro es revivir tiempos pasados, un entregarse a esa sensación, tonta, pero agradable, que produce volver a oír nombres y sucesos que en su día nos interesaron y que hace mucho que no oímos mencionar. El récord en este campo lo ostenta un taxista madrileño que va escuchando grabaciones de programas de radio de la época de los graves casos de corrupción que acabaron por tumbar al gobierno de Felipe González, un tiempo que, cuenta a sus viajeros cuando estos se aperciben de que lo que parece la radio en directo es una grabación,  le resultaba fascinante. 

A mi juicio, el gran atractivo del libro es conocer de primera mano como es la vida en las alturas, como se cocinan las luchas por el poder económico y político en esa cúspide en que se juntan la política, la elite del mundo empresarial y los medios de comunicación. La retahila de personajes que desfilan por el libro es inagotable (el rey Don Juan Carlos, su padre Don Juan, Felipe González, José María Aznar, Polanco, Solchaga, Luis María Ansón, Mariano Rubio, "Pedrojota", etc.). Muchos de ellos, salen entre bastante y muy mal parados.

Pese a esos dos puntos favorables, reconozco que fueron bastantes los momentos en que leía a la vez que me cuestionaba si estaba empleando bien mi tiempo y mi memoria, llenándola con datos que ni siquiera sirven para ganar una partida de Trivial...

Estilísticamente el libro deja bastante que desear. Y cuando MC pretende hacer literatura, especialmente diálogos, pare unos párrafos, a veces páginas enteras, bastante malos. Usa con frecuencia expresiones vacuas y tan ramplonas que echan para atrás (del tipo "falso de toda falsedad", "malo de toda maldad"); pero nos sirven para conocer al personaje, un tanto teatrero, probablemente con un poco más de envoltorio que de sustancia, un buen vendedor, capaz de poner mucho énfasis en una idea relativamente sencilla, creando la sensación de que está diciendo algo profundo o iluminador. Aún así, por formación, carácter y capacidades intelectuales, MC está muy por encima de la inmensa mayor parte de los principales actores de nuestro presente político-mediático-empresarial.

Por otra parte, el libro no parece haber sido corregido con un mínimo de dedicación. Da la impresión de haber sido enviado a la imprenta aceleradamente. Hay algunos hechos o ideas que se repiten prácticamente con las mismas palabras pocas líneas después. Y si ha sido bien revisado es que MC confía poco en la atención y la memoria de sus lectores.

Sobre los datos que da y las tesis que sostiene MC no diré nada porque las reseñas que incurren en eso siempre me han parecido irrespetuosas con los posibles futuros lectores. Les privan de una parte importante del interés de la lectura.

Se nota que MC es una persona "vivida", que ha experimentado una vida dramática, plena de sobresaltos y emociones, en especial el fallecimiento de su anterior esposa, Lourdes Arroyo, un hombre que ha conocido las mullidas alfombras de los palacios y la dureza de la cárcel, como tantos grandes personajes de la historia. Está, sin duda, curtido en mil batallas y da muestras de sabiduría vital, como la relativización del éxito y del fracaso y de no importarle demasiado las opiniones ajenas.

Por eso, llama la atención que en tantas ocasiones se califique a sí mismo de persona inteligente y brillante, así como que incida, de manera ridícula -por la hipérbole y la reiteración-, en su condición de abogado del estado y los méritos que adornan a todo miembro (en activo o en excedencia) de ese cuerpo. Habría que recordarle la vieja máxima ("stultus se laudat" = el necio se alaba). Por otra parte, quien haya conocido un número no desdeñable de abogados del estado, como quien suscribe, sabrá que entre ellos, como pasa con cualquier colectivo, "hay de todo, como en botica", sin perjuicio de que predominen las personas capacitadas y con buenos conocimientos jurídicos... "Suum cuique tribuere" (más o menos, dar a cada uno lo suyo).

En resumen, un libro ni aconsejable, ni desaconsejable. Dependerá, en gran medida, de los intereses del lector y, tanto o más, de su fecha de nacimiento.

No hay comentarios: